Oaxaca, Oax. En días recientes, la
puerta principal del templo de San Agustín en el centro de la capital, amaneció
con un enorme graffiti. Una desgracia
para un inmueble catalogado como Patrimonio Cultural. Lo anterior ha provocado
la exigencia de varios sectores sociales para incrementar la vigilancia de lo
que da identidad, historia y vida a los oaxaqueños y es motivo de sustento para
quienes viven del turismo. Muchos se preguntan, qué hizo Hernández Fraguas con
el presupuesto millonario que pregonó
en los medios de comunicación sobre una inversión importante para dotar y
mejorar el alumbrado público del municipio de Oaxaca.
Cabe hacer mención que el daño,
deterioro y desatención a los inmuebles catalogados es visible en todo el
centro histórico, graffitis, rayones
y bardas a punto de colapsar es la imagen urbana que se ha ido extendiendo en
estos últimos años y, ¿a quién le compete? ¿Verdaderamente el Gobierno
municipal le interesa que la capital siga siendo atractivo turístico para los
visitantes? Porque según la Delegación del INAH en Oaxaca si se está trabajando, o
será que al equipo de Hernández Fraguas le dan flojerita los trámites
burocráticos e inaccesibles para que arreglen los edificios patrimoniales.
Cada vez, menos se escuchan
actividades culturales realizadas por el municipio, nada más, hubo que ver esta
mañana la conferencia de prensa para informar las actividades por el
aniversario de la Ciudad, nada más sombrío y desangelado, que hasta la pose de
las edecanes era de flojera. La comunidad en redes sociales,
precisa que no bastan las justificaciones del Edil capitalino al modo de la Gaviota para justificar que por el robo
de administraciones pasadas, a él le tocó bailar con la más fea y pobre, sino
que verdaderamente deben darle el valor que estas edificaciones merecen, para
que se respeten los espacios públicos que construyen la imagen de Oaxaca ante
el mundo.
En estos tiempos, parece ser que nuestra sociedad no distingue entre la libertad de expresión y el libertinaje comunicacional. Pues se da a la tarea de trasgredir mediante información y opiniones sobre ciertos temas que perjudican la imagen de terceros, provocando malestar colectivo.
Hacen falta sanciones para las
personas que atenten contra los monumentos históricos en cualquiera de los
términos que se quiera ver y que sin importar de quién sea, sean castigados,
incluyendo a las autoridades si es que son omisos. El Gobernador debe hacer un
llamado enérgico a los sus presidentes municipales para que alejados de los
intereses, conserven y den vida a lo que en muchos casos le da de comer al pueblo,
el turismo pues la gobernanza y la seguridad tienen que ser visibles y dignos en
las calles y monumentos.
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