La pandemia ha traído como consecuencia dificultades en la salud mental: ansiedad, depresión, incertidumbre y actitudes agresivas y, a la vez, incapacidad para relacionarse con otros individuos de su edad o en general con su entorno, incluso generar encuentros más solidarios y empáticos, afirmó Carmen Gabriela Ruiz Serrano, académica de la Escuela Nacional de Trabajo Social (ENTS) de la UNAM.
La socialización es un proceso en el cual un niño o niña adopta elementos socioculturales de su entorno y los integra a su personalidad para desarrollarse en la sociedad, quienes no logran adaptarse a este cambio, terminan inventando o creando problemas en su entorno.
Ruiz Serrano indicó que a partir de ahí un infante tiene contacto con otros individuos, y produce procesos empáticos y solidarios que le permiten tener una relación más fructífera frente a distintas situaciones como la actual, incluso tiene un impacto a nivel de identidad. Por ejemplo, no será la misma experiencia del uso de cubrebocas o lavado de manos en la niñez temprana que en la escolar o adolescencia.
La edad temprana, puntualizó la universitaria, es un momento en el que las niñas y los niños mapean el mundo, construyen relaciones vinculares, se definen las figuras de apego y comienzan a conocer lo que sucede en el ambiente social. Pero cuando no tienen esta interacción ni relaciones subjetivas que proporcionen seguridad y predictibilidad puede causar un impacto que inhibe las conexiones cerebrales que los infantes requieren para poder desarrollar después otro tipo de habilidades más complejas, construir humanidad, y situarse en la sociedad.
Niños inadaptados
“En la primera infancia se dan las primeras conexiones cerebrales y por eso aprenden rápido, pero en la adolescencia se da algo que se conoce como poda cerebral que es cuando se tiene nuevamente esa plasticidad cerebral; tenemos otra oportunidad de utilizar ese potencial para que generen capacidad crítica y analítica del mundo, con el fin de que tengan una mayor conciencia de lo que viven y que ayuden a reconstruir el tejido social que quedará afectado después del confinamiento”, subrayó.
Para Ruiz Serrano, además de la falta de socialización en la niñez por la pandemia, se presentan problemáticas en los núcleos familiares, como padres desempleados, violencia en el hogar e incluso el fallecimiento de seres queridos.